Modernismo catalán: tres cracks y una ciudad.
Domènech i
Montaner, Puig i Cadafalch y Antoni Gaudí son los tres arquitectos
top que se pelean el trono del modernismo catalán. Gaudí, con su
estilo que imita la naturaleza, va un paso por delante y se lleva la
mayoría de selfies y visitas… pero ojo, que los otros no se quedan
cortos.
La Casa de les Punxes, la Casa Ramón, el Palau de
la Música o el Hospital de Sant Pau son también espectaculares y
merecen mucho la pena.
El ladrillo visto, el hierro
forjado y el uso de materiales poco típicos marcan esta arquitectura
tan única, que rompe con lo clásico y se lanza a algo moderno,
nuevo y muy distinto para su época.
Muy cerca de la Casa
Batlló (pero sin las colas kilométricas) está el Museu Tàpies. Un
edificio sobrio por fuera, pero con mucho rollo por dentro. Antes era
una editorial y ahora es la sede de la Fundació Tàpies. Desde la
calle ya puedes ver el enredo de hierro del tejado con una silla
encima (sí, una silla). Pero si entras, te espera una mezcla genial
de arte y arquitectura. Incluso hay una obra que se llama el
calcetín. Flipas.
Recomendación: Si estás por Barcelona
y te mola el rollo modernista, este edificio es un planazo. Uno de
los primeros modernistas, pero que sigue teniendo toda la esencia.
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